Colección de discursos agrupados numéricamente

5.193. Sagarava

Entonces, el brahmán Sangarava se acercó al Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Una vez que estas amables palabras de bienvenida y charlas cordiales habían concluido, se sentó a un lado y dijo al Bienaventurado:

“Maestro Gotama, ¿por qué ocurre esto que, algunas veces, no recurren a la mente hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que no han sido recitados? ¿Por qué algunas veces, recurren a la mente hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que han sido recitados así?”.

Por qué los himnos no son recordados

“Brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la codicia sensual, y uno no entiende cómo realmente es el escape de la codicia sensual surgida, en esta ocasión uno no conoce ni ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, ni el bien de ninguno. Es entonces cuando hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados. Imagine a un tazón con agua mezclada con laca, cúrcuma, colorante azul o teñido carmesí. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, no conocería ni vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la codicia sensual… hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la animadversión, y uno no entiende cómo realmente es el escape de la animadversión surgida, en esta ocasión uno no conoce ni ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, ni el bien de ninguno. Es entonces cuando hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados. Imagine a un tazón con agua puesto sobre el fuego, hirviendo. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, no conocería ni vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la animadversión… hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la pereza y somnolencia, y uno no entiende cómo realmente es el escape de la pereza y somnolencia surgidas, en esta ocasión uno no conoce ni ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, ni el bien de ninguno. Es entonces cuando hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados. Imagine a un tazón con agua cubierta por algas y plantas marinas. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, no conocería ni vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la pereza y somnolencia… hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la preocupación y remordimiento, y uno no entiende cómo realmente es el escape de la preocupación y remordimiento surgidos, en esta ocasión uno no conoce ni ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, ni el bien de ninguno. Es entonces cuando hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados. Imagine a un tazón con agua agitada por el viento, ondulada, turbulenta, batida por olas del viento. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, no conocería ni vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la preocupación y resentimiento… hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la duda, y uno no entiende cómo realmente es el escape de la duda surgida, en esta ocasión uno no conoce ni ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, ni el bien de ninguno. Es entonces cuando hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados. Imagine a un tazón con agua nublada, turbia y fangosa, colocada en la oscuridad. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, no conocería ni vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente obsesionada y oprimida por la duda… hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo no recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

Por qué los himnos son recordados

“Brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la codicia sensual, y uno entiende cómo realmente es el escape de la codicia sensual surgida, en esta ocasión uno conoce y ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, y el bien de todos. Es entonces cuando recurren a la mente hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que han sido recitados así. Imagine a un tazón con agua no mezclada con laca, cúrcuma, colorante azul o teñido carmesí. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, conocería y vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la codicia sensual… hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la animadversión, y uno entiende cómo realmente es el escape de la animadversión surgida, en esta ocasión uno conoce y ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, y el bien de todos. Es entonces cuando recurren a la mente hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que han sido recitados así. Imagine a un tazón con agua no puesto sobre el fuego ni hirviendo. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, conocería y vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la animadversión… hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la pereza y somnolencia, y uno entiende cómo realmente es el escape de la pereza y somnolencia surgidas, en esta ocasión uno conoce y ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, y el bien de todos. Es entonces cuando recurren a la mente hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que han sido recitados así. Imagine a un tazón con agua que no esté cubierta por algas ni plantas marinas. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, conocería y vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la pereza y somnolencia… hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la preocupación y remordimiento, y uno entiende cómo realmente es el escape de la preocupación y remordimiento surgidos, en esta ocasión uno conoce y ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, y el bien de todos. Es entonces cuando recurren a la mente hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que han sido recitados así. Imagine a un tazón con agua no agitada por el viento, ondulada, turbulenta ni batida por olas del viento. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, conocería y vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la preocupación y remordimiento… hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Además, brahmán, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la duda, y uno entiende cómo realmente es el escape de la duda surgida, en esta ocasión uno conoce y ve cómo realmente es su propio bien, el bien de otros, y el bien de todos. Es entonces cuando recurren a la mente hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que han sido recitados así. Imagine a un tazón con agua clara, serena y limpia, colocada a plena luz. Si un hombre de buena vista examinase su reflexión facial ahí, conocería y vería cómo realmente es. Así también, cuando uno mora con la mente no obsesionada ni oprimida por la duda… hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo recurren a la mente, por no hablar de aquellos que no han sido recitados.

“Esta es la razón, brahmán, por la cual ocurre esto que, algunas veces, no recurren a la mente hasta aquellos himnos que han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que no han sido recitados. Y esta es la razón, por la cual ocurre que, algunas veces, recurren a la mente hasta aquellos himnos que no han sido recitados por largo tiempo, por no hablar de aquellos que han sido recitados así”.

“¡Excelente, maestro Gotama! ¡Excelente, maestro Gotama! El maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. Que el maestro Gotama me considere como su seguidor laico a partir de ahora, que ha ido por refugio de por vida”.