Colección de discursos agrupados numéricamente
5.38. La fe
“Monjes, estos cinco beneficios llegan al hombre del clan dotado de la fe. Y, ¿cuáles son esos cinco?
“Monjes, cuando la gente buena y sabia del mundo muestra compasión a alguien, la muestra, en primer lugar, a personas que tienen fe y no a las que carecen de ella. Además, cuando visitan las casas, en primer lugar, visitan a las personas que tienen fe y no a las que carecen de ella. Además, cuando aceptan las ofrendas, en primer lugar, las aceptan de las personas que tienen fe y no de las que carecen de ella. Además, cuando enseñan el Dhamma, lo enseñan primero a las personas que tienen fe y no a las que carecen de ella. Las personas que tienen fe, al desintegrarse sus cuerpos, después de la muerte, renacen en el buen destino, en el mundo celestial.
“Éstas son, monjes, los cinco beneficios que llegan al hombre del clan dotado de la fe.
“Al igual que una gran higuera que se eleva por encima del suelo de una agradable campiña, es un sostén para todas las aves del alrededor, así también, el hombre del clan dotado de la fe es un sostén para mucha gente: para los monjes, las monjas, los seguidores laicos y las seguidoras laicas”.
Una majestuosa higuera, cuyas ramas
abundan en frutos y hojas verdes,
con el tronco y las raíces sólidos,
sirve para que las aves encuentren el reposo;
en este deleitoso lugar, hacen sus nidos,
aquellos que buscan la sombra, la encuentran
y los que buscan frutos, hallan el alimento.
Lo mismo sucede con la persona realizada en la virtud y la fe,
la que es modesta, sensible, amable, amigable y apacible.
Llegan junto a ella los que están libres de las contaminaciones,
los que fueron liberados de la pasión, de la aversión y la falsa ilusión;
los que constituyen el inconmensurable campo de méritos para el mundo.
Ellos la enseñan el Dhamma que disipa todo el sufrimiento.
Y cuando lo entiende, queda libre de las contaminaciones,
y alcanza el Nibbana.