Colección de discursos agrupados temáticamente

Samaya Sutta

1.37. Concurso

Esto he escuchado:

En una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los sakyans, en el Gran Bosque, cerca de Kapilavatthu junto con un gran Sangha de monjes, unos quinientos monjes, todos los cuales eran arahants. Y los devatas de los diez sistemas mundiales se habían reunido, en su mayor parte, para ver al Bienaventurado y al Sangha de los monjes. Entonces este pensamiento se les ocurrió a cuatro devatas de las huestes de las Moradas Puras: “Este Bienaventurado está morando entre los sakyans, en el Gran Bosque, cerca de Kapilavatthu junto con un gran Sangha de monjes, unos quinientos monjes, todos los cuales son arahants. Y los devatas de los diez sistemas mundiales se habían reunido en su mayor parte para ver al Bienaventurado y al Sangha de los monjes. Aproximémonos, pues, al Bienaventurado y cada uno, en su presencia, le dirá su propio verso”.

Acto seguido, tan rápido como un hombre fuerte puede extender su brazo doblado o dobla su brazo extendido, aquellos devatas desaparecieron de las Moradas Puras y reaparecieron delante del Bienaventurado. Entonces aquellos devatas rindieron homenaje al Bienaventurado y se quedaron a un lado. Y estando a un lado, un devata recitó este verso en la presencia del Bienaventurado:

Las huestes de los devas se han reunido.
Hemos llegado a este concurso del Dhamma
Para ver al invencible Sangha”.

Otro devata recitó este verso en la presencia del Bienaventurado:

Tienen enderezadas sus propias mentes.
Como un auriga que sostiene las riendas,
El sabio resguarda sus facultades”.

Otro devata recitó este verso en presencia del Bienaventurado:

Habiendo atravesado la esterilidad, cortado el larguero,
Habiendo desenraizado el pilar de Indra, no agitados
Caminan puros y firmes,
Jóvenes nagas, bien amansados por Él, que tiene la visión”.

Otro devata recitó este verso en presencia del Bienaventurado:

No irán al plano de miseria.
Al descartar el cuerpo humano,
Van a completar las huestes de los devas”.