Colección de discursos agrupados temáticamente
Balapandita Sutta
12.19. El tonto y el sabio
En Savatthi. “Monjes, para un hombre tonto, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por la avidez, este cuerpo tiene lo que l originó. De modo que, he aquí está este cuerpo y el externo nombre-y-forma: así es el par. Dependiendo de este par, he aquí está el contacto. Y he aquí, contactado precisamente a través de las seis bases de los sentidos o a través de una entre ellas, el tonto experimenta el placer y la pena.
“Por otro lado, monjes, para un hombre sabio, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por la avidez, este cuerpo tiene lo que lo originó. De modo que, he aquí está este cuerpo y el externo nombre-y-forma: así es el par. Dependiendo de este par, he aquí está el contacto. Y he aquí, contactado precisamente a través de las seis bases de los sentidos o a través de una entre ellas, el sabio experimenta el placer y la pena.
“Y, ¿cuál es la distinción aquí, monjes, cuál es la disparidad y cuál la diferencia entre este sabio y el tonto?”.
“Venerable señor, nuestra enseñanza está arraigada en el Bienaventurado, guiada por el Bienaventurado y se sustenta en el Bienaventurado. Sería bueno que el Bienaventurado nos aclarase el significado de esta sentencia. Habiéndolo escuchado de él, los monjes van a recordarlo”.
“Entonces, escuchad y prestad atención que voy a hablar”.
“Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado dijo:
“Monjes, para un hombre tonto, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por la avidez, este cuerpo se originó. Para un hombre tonto aquella ignorancia no ha sido abandonada y aquella avidez no ha sido completamente destruida. Y, ¿por cuál razón? Porque el tonto no havivido la vida santa para la completa destrucción de la insatisfacción. Por eso con la ruptura del cuerpo después de la muerte, el tonto irá bien o mal a un [otro] cuerpo. Yendo a [otro] cuerpo, él no estará libre del nacimiento, la vejez y la muerte; no estará libre del dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza; no está libre de la insatisfacción, digo yo.
“Monjes, para un hombre sabio, obstaculizado por la ignorancia y encadenado por la avidez, este cuerpo se originó. Para un hombre sabio aquella ignorancia ha sido abandonada y aquella avidez ha sido completamente destruida. Y, ¿por cuál razón? Porque el sabio ha vivido la vida santa para la completa destrucción de la insatisfacción. Por eso con la ruptura del cuerpo después de la muerte, el sabio no irá bien o mal a un [otro] cuerpo. Y no yendo a [otro] cuerpo, él está libre del nacimiento, la vejez y la muerte; está libre del dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza; está libre de la insatisfacción, digo yo”.
“Ésta es, monjes, la distinción aquí, la disparidad y la diferencia entre el hombre sabio y el tonto”.