Colección de discursos agrupados temáticamente
Maharukkha Sutta
12.55. El gran árbol
En Savatthi.
“Monjes, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden ser deseables, se incrementa la avidez. Con la avidez como condición, el apego [llega a ser]; con el apego como condición, la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento, con el nacimiento como condición, la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza llegan a ser. Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un gran árbol con todas sus raíces alrededor administrando la savia hacia arriba. Sostenido por esa savia, nutrido por la savia, el gran árbol estaría allí por muy largo tiempo. De la misma manera, cuando uno mora contemplando la gratificación en las cosas que pueden ser deseables, se incrementa la avidez… Tal es el origen de todo ese montón de la insatisfacción.
“Monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden ser deseables, la avidez cesa. Con el cese de la avidez, cesa el apego; con el cese del apego, cesa la existencia; con el cese de la existencia, cesa el nacimiento; con el cese del nacimiento, cesa la vejez-y-muerte, el dolor, el lamento, la pena, el displacer y la desesperanza cesan. Tal es el cese de todo ese montón de la insatisfacción.
“Imaginad, monjes, a un gran árbol y a un hombre llegando allí con la pala y la cesta que cortara ese árbol de raíces, lo desenterrara, lo sacara fuera con las raíces, incluso, los pequeños desarraigos y las fibras de las raíces. Que cortara a ese árbol en pequeños pedazos, lo rajara en pequeñas piezas y lo redujera en astillas. Después secara esas astillas en el viento y en el sol, las quemara en el fuego y recogiera las cenizas. Habiendo hecho eso, esparciera las cenizas en contra de un fuerte viento o las dejaría arrastrar por la corriente del río. De esa manera, aquel árbol estaría cortado de raíces, hecho como el tronco de una palmera, borrado de tal manera que jamás volvería de estar sujeto a nuevos surgimientos.
“De la misma manera, monjes, cuando uno mora contemplando el peligro en las cosas que pueden ser deseables, la avidez cesa… Tal es el cese de todo ese montón de la insatisfacción”.