Colección de discursos agrupados temáticamente

Topokamma Sutta

4.1. Prácticas de austeridad

Esto he escuchado:

En una ocasión el Bienaventurado estaba morando al pie del árbol baniano del cabrero, a la orilla del río Neranjara, cerca de Uruvela, poco después de que llegó a estar plenamente iluminado. Entonces, mientras el Bienaventurado estaba solo en reclusión, una reflexión surgió en su mente de esta manera: “Realmente soy libre de aquel ascetismo agotador. Es realmente bueno que sea libre de aquel inútil ascetismo agotador. Es bueno que, firme y atentamente consciente, he alcanzado la iluminación”.

Entonces, Mara, el Malvado, habiendo conocido con su propia mente la reflexión en la mente del Bienaventurado, se acercó al Bienaventurado y se dirigió a él en verso:

“Habiéndose desviado de las prácticas austeras,
Mediante las cuales los hombres se purifican a sí mismos,
Siendo impuro, piensas que eres puro:
Has equivocado el sendero de la pureza”.

Entonces el Bienaventurado, habiendo entendido: “Este es Mara, el Malvado”, le replicó en verso:

“Habiendo conocido la inutilidad de toda austeridad,
Que todas las penitencias son fútiles
Como remos y timón en tierra firme,

“Desarrollando el sendero de la iluminación,
Virtud, concentración y sabiduría,
He alcanzado la suprema pureza:
Estás derrotado, productor del fin”.

Entonces Mara, el Malvado, descubriendo: “El Bienaventurado me reconoció, el Afortunado sabe que soy yo”, triste y decepcionado, desapareció de allí.