Colección de discursos agrupados temáticamente
Sisupacala Sutta
5.8. Discurso con Sisupacala
En Savatthi. En aquel entonces, una mañana temprano la monja Sisupacala se vistió y, tomando su cuenco y el hábito exterior, entró a Savatthi en busca de las limosnas. Después de haber caminado en Savatthi en busca de las limosnas, después de haber retornado de esa su habitual ronda de buscar comida y después de haberse alimentado, fue a la arboleda del Hombre Ciego para la morada diurna. Habiendo penetrado dentro de la arboleda del Hombre Ciego, se sentó al pie de un árbol para su morada diurna.
Entonces, el Mara, el Malvado se acercó a la monja Sisupacala y se dirigió a ella:
“No apruebo credo alguno, amigo”.
¿Bajo quién has afeitado la cabeza?
Has aparecido como una asceta
Y aún no apruebas credo alguno,
Entonces, ¿por qué deambulas como desconcertada?
[La monja Sisupacala]
Y fuera de los seguidores de los credos.
No apruebo sus enseñanzas
Porque no son hábiles en el Dhamma.
Pero he aquí hay uno nacido en el clan de los sakyas,
El Iluminado sin igual,
Conquistador del todo, el que subyugó al Mara,
A quien todos comparecen,
Libre y desapegado del todo,
Un visionario que ve todo.
El que ha puesto el fin al kamma,
Liberado en la extinción de las adquisiciones,
El Bienaventurado es mi Maestro:
Su Enseñanza es la que apruebo.
Entonces, el Mara, el Malvado se dio cuenta de eso: “la monja Sisupacala me conoce”, por lo cual, triste y decepcionado desapareció de allí.